Como sabes, en la moda todo vuelve, hasta las tendencias más horrorosas. Entonces queda sólo un remedio: nunca, jamás, tires nada.

Amén de eso, luego echo un vistazo a lo que tengo por el fondo del armario. Aquí, el traje demasiado grande para ponérmelo, pero tan irresistible rebajado al 80%; un poncho technicolor mexicano; un chándal brillante holgado de nylon blanco. A menos que el mal gusto se ponga de moda, nunca llevaré estas cosas de nuevo.

Yo estoy bien chingado, como diría él que me vendió el poncho, pero las mujeres tienen ahora un lugar para intercambiar sus no-ponibles y otros artículos de los que se hayan desenamorado. En el nuevo Fashion Exchange mensual puedes, por ejemplo, traer tus Crocs (a no ser que los uses deliberadamente como inhibidores de la natalidad), y cambiarlos por, a ver, unas sandalias gladiador.