No soy lo que se dice perezosa, pero la actividad física nunca me ha atraído mucho. Así, supongo que si una vez practicase un deporte, sería yoga, la única disciplina donde puedes estar sola, respirando tumbada y, encima, que pase como un ejercicio.

El único problema, claro, es que echada, medio dormida, y con nada más que una colchoneta, vestida con la línea Nuala de Turlington o no, la gente se enterará de que realmente estás tirándote una siesta. No, necesitarás de accesorios que muestren que estás yogando, tal como los surfistas tienen sus tablas y neoprenos.

La solución es yoga Iyengar. A diferencia de la modalidad power Ashtanga que fatiga a Madonna, con este estilo Hatha vas arrastrando cuerdas, cinturones, vendas, pesas, tablas, y todo tipo de material muy yoga que permite mostrar tus intenciones a todo el mundo.